Para todo cainita los crimenes sobre niños inocentes no serían algo de lo cual debería preocuparse o lamentarse. Es un condenado y estos actos no hacen que sienta emoción alguna. Sin embargo ¿qué pasa cuando al principe de la ciudad o al obispo en turno si afecta su "suculento" menu?
¿Seria capaz de inmiscuirse en algo que no le corresponde desde el punto de vista de los rebaños pero está obligado a hacerlo desde el lado inmortal?
-Dios mueve al jugador y éste la pieza, ¿qué Dios atrás de Dios, la trama empieza?-
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